jueves, 26 de febrero de 2009

Cuestión de astas


El 11-S inauguró de manera oficial la era del miedo, es decir, la era de la seguridad. Luego, la prensa más sensacionalista, es decir, el 90% de la prensa mundial, se encargó de enraizar y volver cotidiano el miedo. Como el pan, la polución y la demagogia. Los ciudadanos pasamos a ser sospechosos habituales. Ya no bastaba con ser tratados como niños. Columnistas y contertulios utilizaron la ironía, a veces la indignación, para hablar de lo que sucedía en los aeropuertos, por mencionar lo más flagrante. Siempre es por nuestro bien, es decir, por nuestra seguridad. En fin, no hay que negarles la parte de razón que tienen. De ocurrir cualquier desastre, nosotros, el pueblo llano, nos arrojaríamos a su yugular exigiendo explicaciones, es decir, cabezas. Y hablando de cabezas y miedo, no he podido reprimir la imagen de los ciervos muertos a los pies de cazadores satisfechos y campechanos, emuladores de Hemingway. Quién les iba a decir que acabarían siendo portada de periódico, que todo el mundo hablaría de ellos, que se les relacionaría con la corrupción generalizada y con la dimisión de todo un ministro. La mayoría de nosotros moriremos y no tendremos primeras páginas. Ni últimas, vamos. Una esquela como mucho. Pero hablaba de los ciervos. No soy tan sensible, es decir, tan pelmazo, como para ponerme a derramar lágrimas por unos cuantos animales muertos, pero debo reconocer que hay algo turbador en esas fotografías. Pensar que tipos que detentan poder real son capaces de matar fríamente, por deporte, a un buen puñado de mamíferos, pues no sé, me crea cierta inquietud. Y lo dice alguien capaz de matar una mosca. De hecho, el verano anterior me convertí en una auténtica pesadilla para las moscas del barrio. Quizá este hecho encierre una conciencia de clase. De clase mamífera. En fin, no será para tanto. De mis estudios de derecho, allá por el siglo pasado, me quedó la diferenciación entre igualdad e igualitarismo y una mosca, si mire por donde se mire, no es un ciervo. Cuestión de astas.

*UH, 25/02/09