viernes, 27 de diciembre de 2013

Esa música secreta

No he leído ninguna de las 35 novelas propuestas por El País como mejor novela del año. Tampoco he leído ninguno de los 15 títulos sugeridos como mejor libro de poemas. Ciertamente, ya leí a García Casado, Rimbaud, Blas de Otero, Anne Sexton y Emily Dickinson, pero no en las nuevas ediciones de 2013. Una vocecita en mi interior me dice que debería sentirme incómodo con esto, pero resulta demasiado débil como para que le haga caso. Ahora mismo ando leyendo la novela La vida nueva, de Orhan Pamuk. Antes me zampé Momentos decisivos, de Félix de Azúa. ¿Y antes? Creo que fue El camino de Ida, de Ricardo Piglia. ¿Cómo es posible que esta novela, publicada hace apenas unos meses, no se encuentre entre las 35 propuestas por el periódico? ¿Tan buena fue la añada? Mis últimas lecturas en el terreno de la poesía fueron Óscar Hahn, Fabián Casas, Stephen Dunn, Ben Clark y Sara Herrera. Con todo esto quiero decir, le explico a esa vocecita cuyo deporte favorito es hacerme sentir incómodo en mi piel, con mis opiniones y ocurrencias, que el camino del lector es un camino solitario, estrictamente personal, no necesariamente al margen de la actualidad, pero sí lo suficientemente libre como para no tener que andar leyendo lo que se supone que uno debería andar leyendo. Los libros llegan cuando tienen que hacerlo, siguiendo esa música secreta e imprevisible que guía nuestro caminar por el lado salvaje de la vida, también conocido como Literatura. 

ULTIMA HORA, 24/12/13