miércoles, 14 de octubre de 2015

EL VIEJO MARX. DOS POEMAS DE ADAM ZAGAJEWSKI (INCLUIDOS EN SU LIBRO “ANTENAS”)

"Antenas" (Acantilado, 2007)
 


EL VIEJO MARX

Ya no se puede concentrar.
Londres es húmedo,
en cada habitación alguien tose.
Nunca le gustó el invierno.
Copia antiguos manuscritos
muchas veces, sin pasión.
El papel es amarillo
y quebradizo como la tuberculosis.
 
¿Por qué la vida aspira
tan tenaz a la destrucción?
Pero en el sueño vuelve la primavera
y la nieve que no habla en ninguna
lengua conocida.
¿Y dónde se puede colocar
el amor en su sistema?
Donde están las flores azules.
 
Odia a los anarquistas,
los idealistas le aburren.
Recibe informes de Rusia,
por desgracia demasiado detallados.
Los franceses se enriquecen.
En Polonia hay silencio, vulgaridad.
América no para de crecer.
Hay sangre en todas partes,
quizás cambie el papel de la pared.
Empieza a sospechar
que la pobre humanidad
continuará caminando
por la vieja tierra
como la loca del pueblo
que amenaza con el puño
a un Dios invisible.

 

 
EL VIEJO MARX (2)

Intento imaginarme su último invierno.
Londres húmedo y frío, el beso impasible de la nieve
en las calles vacías, el agua negra del Támesis,
las heladas prostitutas con hogueras en el parque.
De noche, enormes locomotoras lloraban en algún sitio.
Los trabajadores en el pub hablaban tan rápido
que no podía entenderlos de ninguna manera.
En un principio, Europa era más rica, tranquila,
aunque los belgas seguían martirizando al Congo.
Pero ¿y Rusia? ¿Su despotismo? ¿Siberia?

Por la tarde miraba largamente la contraventana.
No podía concentrarse, copiaba antiguos trabajos;
pasaba el día leyendo al joven Marx
y en secreto admiraba a ese autor ambicioso.
Seguía creyendo en su fantástica visión,
pero durante algunos breves instantes
sospechaba haber propuesto al mundo
tan sólo una nueva forma de la desesperanza;
entonces cerraba los ojos y sólo veía
la oscuridad escarlata de sus propios párpados.