miércoles, 1 de febrero de 2017

Placer esnob

Escribía la semana pasada en una red social que, en lugar de Ruiz Zafón, Dolores Redondo e Ildefonso Falcones, hubiese preferido leer en la lista de libros más vendidos los nombres de Ricardo Piglia, Eric Chevillard o Vicente Valero. No eran más que tres ejemplos entre los muchos que me venían a la cabeza. Mis amigos de esa red social, muchos de ellos escritores o con inclinaciones literarias, se mostraron de acuerdo y aplaudieron mi post. Vivimos en una sociedad en que todo el mundo busca el aplauso de los suyos, ¿iba a ser yo una excepción? Sin embargo, instantes después, acudieron los remordimientos. ¿Fui del todo sincero? ¿No sentimos, los lectores impenitentes, los amantes de la Literatura, cierto placer al comprobar que nuestros gustos como lectores, que nuestras lecturas, no coinciden con las lecturas y los gustos del gran púbico? ¿No hay un placer esnob en esta diferenciación? ¿No nos sentimos parte de una familia de iniciados? ¿Acaso, pese al azoramiento que a veces nos produce, no hemos experimentado satisfacción interna al responder que no, que no hemos leído lo último de Dan Brown? Así es y no pasa nada. Cada uno con sus vicios. Buenos días.

ÚLTIMA HORA, 31/01/17