miércoles, 6 de noviembre de 2013

Absurda y peliaguda realidad

¿Qué aprendimos la semana pasada? Que los espías espían, que a veces incluso se saltan la ley. Pero eso ya lo sabíamos por las películas de espías, incluso por las novelas de espías. También aprendimos que a veces uno tiene que decir lo que el guion dice que tiene que decir, aunque sea ridículo o innecesario, aunque uno no se crea ni las comas del texto que le ha tocado en suerte. Hasta aquí, lo fácil, el dos más dos. Pero hay asuntos más peliagudos. A sus ochenta y tantos, Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de EEUU de 1987 a 2006, descubrió eso de lo que ya hablaba Graham Greene en 1978: el factor humano. El economista ultraliberal ya no cree que los modelos ortodoxos matemáticos y económicos puedan explicarlo todo. En fin, de haber vivido en España, habría llegado a tal conclusión con algunos años de adelanto. Ni el homo economicus es un ser racional ni el homo Hacendado (también conocido como homo Zara u homo Ikea) actúa siempre buscando su propio bien o el de los suyos. Los nacidos en un contexto cristiano lo sabemos de sobra. Por suerte o desgracia, hay asuntos que nos motivan más que nuestro propio bienestar o supuesto bienestar. Hay religiones, patrias, cantantes, futbolistas… Demasiado absurda y peliaguda la realidad (ya sea económica, ya sea general) para hacerla encajar en modelos ortodoxos. De ahí que los contertulios profesionales se limiten a repetir los esquemas simplistas que sus prejuicios o intereses les dictan. Los análisis en que nos apoyamos siempre cojearán. 

ULTIMA HORA, 05/11/13