lunes,
28 de julio de 2014
Una irrupción como la de Goethe, el
sueño de todo escritor. Publicar una primera obra que te catapulte a los
alteres de la literatura, creadora de tendencia, generadora de polémica,
responsable de una ola de suicidios… o asesinatos. De ser otras las circunstancias,
es decir, mis lecturas actuales, podría haber iniciado este post de la siguiente manera: Una
irrupción como la de Salinger, el sueño de todo escritor… Bueno, esto era
antes. Ahora carece de sentido hablar en estos términos. La literatura ya no despierta
este tipo de pasiones. Estas aspiraciones pertenecen a los talentos de la informática y a los futbolistas, tal vez a los intérpretes de música pop. Pero
me estoy yendo por las ramas. Tecleo para alcanzar un número determinado de
caracteres, por si luego puedo emplear estas ocurrencias para la confección de
un artículo periodístico, vagamente influenciado por la lectura de Las penas del joven Werther (1774), debut
literario de Johann Wolfgang von Goethe.
Mi lugar de escritura |
martes,
29 de julio de 2014
De un modo intuitivo, escribí el nombre
de Salinger. Por supuesto, estaba pensando en El guardián entre el centeno. Ahora, un día después, profundizo en
(más bien, verbalizo) los paralelismos que unen estas dos obras (la antes
mencionada y Las penas del joven Werther):
las dos supusieron el debut novelístico de sus autores, las dos gozaron de un
éxito inmediato y fulminante, las dos resultaron polémicas por contravenir las
convenciones del momento, los protagonistas de ambas son jóvenes inconformistas
e inadaptados, que no se llevan bien con las normas sociales imperantes... La
del alemán preconfigura el Romanticismo; la del norteamericano, lo estira y
actualiza (como tantas otras). La obra de Goethe es seguida de una ola de
suicidios inspirados en el final del atormentado Werther; la relación entre The Catcher in the Rye y los asesinos
famosos en de sobra conocida… por no mencionar el famoso final del cuento
titulado “Un día perfecto para el pez plátano”… ¿Tiene algún sentido todo esto?
Dudo que pueda emplear estas anotaciones
más o menos literarias para la confección de un artículo. Se ha producido un
cambio en el periódico y ahora prefieren que los colaboradores tratemos temas
de actualidad. Tal vez debiera escribir sobre el ingreso en prisión de Jaume
Matas, o sobre la venta del ‘Fortuna’ por parte de Fundatur.
miércoles,
30 de julio de 2014
Hoy, Werther sería el típico plomazo
exhibicionista, adicto al drama, que satura las redes sociales con la
exposición de sus ocurrencias y sentimientos, esos rebeldes de salón (mejor dicho, de
red) incapaces de controlar su verborrea. Con todo, se le toma aprecio. Qué
lejos queda ese sentimentalismo tremendista, ingenuo, noble… Hoy, hasta los
personajes de los dibujos animados desprenden ironía, cuando no, cinismo.
Respecto a esas personas adictas al
drama… Conozco a algunas que me son muy queridas. Mucho amor hace falta para
soportarlas.