miércoles, 16 de septiembre de 2015

Veintidós


Veintidós tipos inmersos en la filosofía del “todo vale” para conseguir el objetivo fijado. Veintidós personas tratando de engañar al juez designado para dirigir la contienda en que andan sumidos. Veintidós hombres hechos y derechos que fingen ser golpeados y sentir un dolor brutal que les obliga a dar vueltas sobre sí mismo y gritar como si el fin del mundo se les echase encima cuando ni siquiera los han tocado. Veintidós adultos que, a la mínima oportunidad, corren como niñas de seis años para decirle a la profesora de turno que tal niño les ha tirado de la coleta o que tal otro les ha arrebatado su juguete. Veintidós que, en los momentos de más exaltación, no dudan en besar un escudo que no sienten –y lo malo aquí no es no sentir el escudo, sino besarlo. El deseo de millones de niños de poder estar, algún día, entre esos veintidós elegidos para poder repetir esta manera de proceder. Haber sido uno de esos niños. Tomar conciencia de no ser mejor que esos veintidós.  

ULTIMA HORA, 15/09/15