martes, 10 de noviembre de 2015

Los mártires


La profesión de mártir cotiza al alza. Quién lo iba a decir. Años atrás, nadie hubiese apostado un euro por ella. Nos adentrábamos en el terreno del posibilismo y la coyuntura, del raciocinio desapasionado y el orden. Pero algo cambió. Hoy, los aspirantes a mártir brotan como los coaches. Los nuevos cursos CEAC otorgan títulos homologables en tiempo récord. La demanda no hace más que crecer. Incluso ya ha surgido una profusa bibliografía. No soy un experto, pero estoy en disposición de asegurar que existen varios tipos de mártires: religiosos y laicos, anónimos y mediáticos, orgullosos y predispuestos al arrepentimiento, etc. Ya sabemos, también, que no son las causas las que los crean. El buen mártir sabe adecuarse a cualquier causa, por peregrina o inútil que sea, incluso es capaz de inventársela con tal de dar rienda suelta a su inclinación, con tal de hacer algo con su aburrimiento. Si carece de vocación o no encontró su lugar en el mundo, tal vez ésta sea una buena salida.

 
ULTIMA HORA, 10/11/15