lunes, 09 de mayo
de 2016
Leo
varias noticias sobre la elección de Sadiq Khan como alcalde de Londres. Llama
la atención que, en una de ellas, aparezca más veces la palabra “Daesh” que el
propio apellido del político laborista. Irremediablemente, uno acaba
relacionando la elección de Khan con el terrorismo islamista. Objetivamente, el
artículo no era negativo, es más, había tramos en que resultaba ligeramente
elogioso. El mensaje subliminal, sin embargo, ya estaba colocado. Punto para el
periodista.
(...)
jueves, 12 de mayo de 2016
Una
decena de chinos frente al restaurante Wok. Todos fuman en silencio. Todos
contemplan sus zapatos. Todos parecen nerviosos, preocupados por algo que en
breve se manifestará. Los miro unos segundos. “Aquí se cuece algo”, me digo,
“una historia”. Cuando estoy por reanudar mi paseo, alguien desde el interior
del restaurante abre sus puertas. La decena de chinos reacciona al unísono.
Todos alzan la cabeza. Todos lanzan sus cigarros. Ninguno se molesta en
apagarlo. Se diría que llevan años ensayando esta reacción. No hay nada más
terrorífico que la unanimidad. Una vez que el restaurante los ha engullido, la
acera vacía asemeja un cementerio industrial recién bombardeado.
Eduardo
Rabasa, autor de La suma de los ceros: “En Madrid presentó La Suma de los Ceros
César
Rendueles (Sociofobia) y me explicaba que sus estudiantes estaban
completamente anestesiados, no les emociona nada, tienen un desencanto crónico.
Están como embriagados por la pantalla del ordenador y las redes sociales. La
utopía digital y el activismo online ha generado justo lo contrario a lo que
pretendía: ciudadanos cínicos, apáticos y sedados”. Tengo mis dudas. Me da que
los jóvenes de hoy están más politizados de lo que lo estaban los de mi
generación. Se hace difícil comparar tiempos diferentes. Por otro lado, creo que
lo de “embriagados por la pantalla” puede aplicarse no solo a los estudiantes…
Conozco a más de uno con sus buenas canas abducido por “la pantalla del
ordenador y las redes sociales”.