Golpear la piñata
La antiglobalización se vende muy barata y eso que la gente está ávida por llevarse a casa su pedacito de antiglobalización, un suvenir en forma de frase reivindicativa con la que dar comienzo o rematar cualquier comida familiar o con amigos. La expansión del coronavirus ha sido la guinda que le faltaba a un pastel ya de por sí bastante recargado. Quien más quien menos te vende antiglobalización, a diestra y siniestra. En ocasiones, lo llaman altermundismo, o salvar el planeta, o America First. Manu Chao y Michael Moore son personajes conocidos del movimiento antiglobalización; de igual forma, Marie Le Pen o nuestro Santiago Abascal no se cortan un pelo a la hora de golpear la piñata de moda. Pero, ¿qué caerá cuando entre todos le abramos la barriga? ¿Un mundo mejor, más justo y próspero? Eso es lo que querríamos todos, bueno, casi todos. Pero, ¿y si nos llueven piedras? ¿Y si lo que llega es retroceso económico y moral? ¿Y si después de todo el demonio era otro?UH, 02/06/20
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La lechuza: Es tomar la salida de S’Estanyol y
olvidarte de que existe algo que se llama Ma-19, Palma, zapato cerrado o camisa.
Desde hace unos años, venimos a Sa Ràpita a pasar unos días. Los pinos y la
lechuza que por las noches nos habla y el sempiterno trampolín frente al
restaurante Es Racó no parecen haberse percatado de que atravesamos una crisis.
Aquí paseo, monto en bicicleta y, cuando los niños me dejan, me siento en el
balancín que hay en el jardín de la casa y leo. Ahora ando con una novela de
David Pérez Vega, Caminaré entre las
ratas. En ella, el aliento de la anterior crisis, la de raíz financiera, lo
enturbia todo. Su protagonista, hijo de los suburbios, va cayendo de trabajo en
trabajo, de uno esclavizante y mal pagado a otro precario y peor pagado. Lo veo
nadar, al protagonista, contra la corriente, pero la corriente es poderosa y el
impossible is nothing de los anuncios americanos no es más que un
chiste tramposo, de mal gusto. Cuando cierro el libro, la lechuza lenguaraz me
pregunta por la vida y yo cierro los ojos y espero a que los pinos me susurren
la respuesta. Saldremos de esta, le digo. Pero la lechuza ya no está. UH, 16/06/20
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Trompetas
del Apocalipsis
¿Cuándo empezaron a sonar las
trompetas del Apocalipsis? Los siete ángeles llevan tiempo tocando. A veces se
toman un descanso, pero siempre regresan. Hace meses los vieron por Wuham. Comenzaron
de manera suave, casi imperceptible; calentaban motores. Pronto tuvieron a todo
el mundo danzando a su compás. Antes, los vieron por las calles de Caracas y las
de Atenas, por las calles de Puerto Príncipe y las de Buenos Aires, por las
calles de Bagdad y las de Ramala. Hay quienes dicen que iniciaron su gira en el
Word Trade Center allá por el año 2001. Otros, en cambio, aseguran que su gira
oficial dio comienzo en Los Angeles dos décadas atrás, el 5 de junio de 1981. Por
qué no. Los siete ángeles en Los Angeles tocando Esta enfermedad sin vacuna. Su melodía, triste y estridente, rebotando
por el mundo, de Madrid a Sao Paulo, de Texas a Lisboa. Pero no, yo creo que
los siete ángeles con sus siete trompetas ya amenizaban las deliberaciones de
los 113 países participantes en la primera cumbre del clima celebrada en
Estocolmo en 1972. Es difícil saber cuándo empezó el principio del fin. Lo
cierto es que las trompetas llevan tiempo sonando. Cada vez más tristes y
estridentes.
UH, 30/06/20