martes, 5 de mayo de 2009

Crímenes perfectos

Van estos de la NASA y detectan el objeto más antiguo del universo que no es más que la típica explosión de rayos gamma producida por una estrella moribunda hace 13.000 millones de años (millón arriba, millón abajo), es decir, el equivalente a la suma de todos los años que nos restan de hipoteca a los habitantes de la Tierra. El desfase entre el hecho y su detección me recuerda a la cita que tuve con una ex novia, cuatro años después de nuestra ruptura. Tenía algo que decirme, así que quedamos en el Cappuccino. Evidentemente, interpreté aquella cita como un asunto de índole sexual. Los típicos polvos pendientes, el morbo, el aburrimiento, etc. Ella, claro, estaba preciosa. Fumaba, se había operado las tetas, abusaba de la ironía, pero seguía siendo la misma universitaria tímida con la que había salido algunos meses. Lo había dejado con su novio. De mutuo acuerdo, es decir, el tipo le había dado la patada. Se esforzaba demasiado en no parecer enojada. O sea, que aquello iba a ser un polvo por despecho. Cojonudo. Una pizca de rabia hace la cosa más interesante. En fin, que nunca me ha importado ser un objeto sexual. Sólo tenía que aguardar el momento adecuado. Afilaba las uñas mientras ella me hablaba. Ponía mi mejor cara de “te entiendo perfectamente”. Trucos baratos, qué les voy a explicar. Pero la cosa se torció. Cuando tocaba que ella dijese algo así como: “Y tú, ¿tienes novia? ¿Y plan para esta noche?”, va y me suelta: “Me siento orgullosa de haberle sido fiel. Toda una novedad para mí”. Mierda. Esto no entraba en los planes. El mito de la chica tímida partido en mil pedazos. “Pensé que lo sabías. Fue en Menorca”. Como si esto lo justificara. Y para rematar: “Pero he cambiado. Ahora necesito estar tranquila, no complicarme la vida”. ¿Y no complicarte la vida es jodérmela a mí? Entonces pude ver el estallido rojo de la rabia, pude sentir su honda expansiva cuatro años después (mes arriba, mes abajo) de la explosión, es decir, de los cuernos. En fin, yo tampoco había sido ningún santo. Aquella misma noche también yo le confesé mis crímenes.
UH, 05/05/09