jueves, 30 de julio de 2009

Diletante de medio pelo


El verano trae la tan temida sequía y no sé muy bien sobre qué escribir. Sigo la actualidad a distancia, sin profundizar en exceso, más pendiente del termómetro que de los regalos a políticos. Improviso algún chiste, pero no consigo hacerme gracia. Me limito a leer los titulares; si la noticia es importante (lo detecto por el tamaño), hago un esfuerzo y leo subtítulos y destacados. Con esto soy capaz de elaborar un juicio sesudo y crítico sobre la realidad política y moral del país. Como cualquier hijo de vecino. Leo un titular y elaboro toda una teoría sobre el estado de las cosas y señalo culpables y aporto soluciones y me quedo tan ancho. Para qué engañarnos, soy un diletante de medio pelo que cree saber más de lo que sabe. Pero sigamos con la actualidad veraniega. Ahí está Felipe Ferré. Pienso en que la ha cagado porque en política todo es cuestión de bandos y él se ha quedado sin bando y un hombre sin bando en política y en la vida en general es un hombre abatido y solo y marcado, y no sé si dirá la verdad o su verdad o si sólo hablará su miedo, tal vez su rencor, pero lo cierto es que está solo en la cuerda floja y la realidad no puede ser más que la distancia existente entre él y el público allá abajo, en las gradas. Me da pena porque me cae simpático y porque su mujer fue mi mejor amiga de la infancia y porque he estado en su casa y es un tipo normal, como usted o yo, y no sé si sacar conclusiones de todo esto, es verano y uno no está para sacar conclusiones, uno apenas está para el termómetro y los titulares y las disputas entre Lorenzo y Rossi, o entre Armstrong y Contador. Otro día escribo sobre lo que opinaba Thomas Bernhard del deporte. Que el verano no acabe con usted.

UH, 28/07/09