martes, 14 de julio de 2009

Dirty realism


A la hora de casarte, no te decantes por una buena compañera, sino por una futura buena ex compañera. Así están las cosas mientras la socialdemocracia se va hundiendo en Europa y los nuevos partidos filo-fascistas son aplaudidos por los votantes, ávidos de espectáculo y mano dura. Intento mantener un discurso coherente. Giro las páginas del periódico y me encuentro con el posado de las primeras damas en la cumbre del G8. Se me antoja un chiste extraño que no logro comprender, como la presencia de Italia en esta reunión. Lo mejor, de todos modos, son las perfomances de los grupos anti-globalización. El mundo es surrealista. Por eso, los escritores de mayor imaginación se decantan por el realismo, es decir, el escapismo llevado al extremo. A la hora de casarte, insiste una voz, decántate por una futura buena ex compañera. ¿Quién me dio este consejo? Y para el viaje de novios, un avión de Ryanair sin asientos, para que la futura ex pareja se vaya acostumbrando a la incomodidad. Mientras, en China, esa “potencia emergente”, nuevo modelo a seguir, los ejecutados en las calles se cuentan a decenas. Giro las páginas y en los “Breves” de sucesos me encuentro con que piden ayuda para la identificación del cadáver de un indigente. Junto a la foto del hombre anónimo, los números de teléfono de la policía. Incluso muertos necesitamos una identidad. Debía ser un realista acérrimo. Quiso huir, pero no nos dejan. Por lo demás, si su intención es casarse, ya sabe. Que le sea leve.

UH, 14/07/09