miércoles, 8 de julio de 2009

Pep Guardiola


Pep Guardiola prepara la temporada que viene. Con o sin Eto’o, qué más da. Es un tipo metódico, inteligente y guapo. Además, se codea con escritores. En fin, que lo tiene todo para caer mal. Y más viviendo en España. Está en el punto de mira de los comentaristas deportivos, o sea, del 90% de los varones de este país. Se espera mucho de él, que equivale a decir que sus enemigos van afilando las armas, pero Guardiola es uno de los grandes, caiga o no. Repetir los éxitos de la temporada anterior es misión imposible (al menos eso dicen la lógica y las estadísticas), pero las únicas misiones que vale la pena emprender son las imposibles. Ray Loriga, cuyo único don (él mismo lo confiesa, si bien yo no lo creo) es leer bien el fútbol, recuerda el encuentro que tuvo con el ex centrocampista blaugrana en una de las narraciones que engrosan sus Días aún más extraños: “Recuerdo que en la cena estaba también Figo, pero a Figo no le gusta hablar de fútbol, Figo es un talento puro, instintivo, un lobo solitario y un jugador de pocas, precisas y contundentes acciones (…) Guardiola es un hombre que piensa el fútbol bien. Que no depende de su instinto tanto como de la ordenada claridad de su mirada”. Guardiola mira lo que se le viene encima. Llegar, se sabe, es complicado. Y hacerlo como lo hizo él es casi un insulto. Pero mantenerse, amigo, eso ya es otra cosa. Pero Pep lo sabe. Lo ha vivido y lo ha leído. A mí me cae bien porque es amigo de Vila-Matas, con el cual alguna vez habló de Joyce. Yo, debo confesarlo, soy del Madrid, pese a Cristiano Ronaldo. Que cada uno cargue con su cruz.

UH, 07/07/09