Dicen que una de las medidas estrella de Cort para este nuevo curso que iniciamos es la supresión de algunas calles de Palma para la creación de canales artificiales en lo que ya muchos denominan la “holandización” de la capital Balear. Luego, lógicamente, se inaugurará el Carrer Vermell, por lo que ya no hará falta que nadie viaje hasta Rusia para someterse a terapias anti-estrés, tan necesarias en estos días de vuelta al cole. Que en los escaparates de las calles céntricas compitan zapatos, bolsos y mujeres/hombres en oferta deberá ser interpretado como la escenificación del triunfo de la modernidad. Estacionar la bici frente al local donde manos expertas, de manera totalmente garantizada, nos ayudarán a olvidar nuestra realidad, objetivo de toda persona civilizada, es un lujo al alcance de pocas capitales europeas. Nos situaremos en la élite del bienestar social, para escándalo de conservadores-católicos, principales usuarios de este tipo de centros de salud. En fin, que nadie me malinterprete, es cuestión estadística, al menos aquí. Pero sin duda, la medida más polémica, la que generará los debates más virulentos, será la implantación de los llamados coffee-shops, rebautizados como Centres d'Esplai. Renunciar a la clandestinidad le resta emoción a la vida. Los vicios legales ya no son vicios, sino hábitos sociales, sin duda mucho más aburridos. Después ya solo restará implantar el holandés como idioma vehicular en el ámbito docente y en nuestras relaciones con la administración. Hoy mismo me compro una bici. Que empiecen bien el curso.
UH, 08/09/09