martes, 10 de noviembre de 2009

Auto bombo


Si no practicas el auto bombo, no llegarás a nada, me decía el otro día un amigo con ínfulas de comerciante-representante. Lo de menos es la calidad de lo que ofreces, qué importa que sea bueno; lo importante es que tú lo creas, o finjas creerlo, y así lo prediques, con convicción y, si es posible, unas gotitas de provocación. Debes generar debate, mostrarte arrogante, pontificar sobre cuestiones que son humo, es decir casi nada, pero que acaban siempre molestando a los otros. ¿Es que acaso te avergüenzas de lo que haces? Joder, eres escritor, tú trabajo, remunerado o no (éste es otro tema), es escribir libros, pero un libro en las entrañas de tu PC es igual a nada, lo mismo que un libro publicado que no te molestas en mover, publicitar, etc. A estas alturas todo el mundo debería saber que acabas de publicar una puta novela; es más, a estas alturas todo el mundo debería creer que has escrito la mejor novela del año. ¡Pero no es cierto!, protesté. Mi amigo me miró con incredulidad. Eres tonto, sentenció meneando la cabeza. Pese al insulto, creí detectar en sus palabras algo de cariño. A mí lo que me gusta es escribir, la soledad frente a la pantalla, ese reto, lo demás… No sigas, me cortó, ya sé lo que me vas a decir, he conocido a otros como tú. En fin, haz lo que quieras, ya sabes mi opinión. La cosa no daba más de sí, así que pasamos a hablar del último disco de Quique González, de Cristiano Ronaldo y Pellegrini, de Messi y Pep Guardiola. Ahora estoy en casa. Para que mi amigo no se enfade, he decidido hacerle caso. La editorial Baile del sol acaba de publicar mi primera novela, La historia que no pude o no supe escribir. ¡Corran a comprarla antes de que se agote!

UH, 10/11/09