viernes, 18 de diciembre de 2009

Judy G., de Blackinvoice


Hay canciones y mujeres que te hipnotizan, que te agarran de la mano y las pelotas para llevarte a su terreno y entonces estás perdido, feliz y perdido y con ganas de estirar el momento hasta que nada quede en pie, hasta que todo parezca un chiste o una despedida lacrimógena. Tal vez las dos cosas. Bienvenido a la enfermedad. El infierno baila en tu mente con movimientos lentos y está hecho de susurros y frases ambiguas, de cortinas decadentes y vasos siempre a medias. Entonces sólo puedes escribir cosas del tipo: “Estas mujeres que nos parecen diferentes a las demás suelen ser las más peligrosas, las que nos cambian la vida y casi nunca para bien”. Casi nunca es para bien todo lo bueno.

Quién no amó a Judy G. alguna noche.



http://miguelangelabraham.com/video_2.html