miércoles, 26 de mayo de 2010

Mordiscos poéticos


El tipo me ofrece a su hija menor de edad. Le caigo bien. Dice que cree que haríamos buenas migas. Espero que detrás de la expresión “hacer buenas migas” no haya nada de índole sexual. De haberlo, me encontraría frente a un delito y no estoy preparado. Me faltan energías. Una semana con BJ me ha dejado por los suelos. Me agota. Es de ese tipo de personas que necesitan contártelo todo, hacerte partícipe de sus circunstancias, cualesquiera que sean. Aunque te esfuerces en demostrar que no te interesan lo más mínimo. No pilla nada. Yo creo que se hace la tonta. No puede haber nadie tan poco sagaz.

La cuestión es que el tipo quiere que su hija y yo nos conozcamos. También le gustan las cosas raras, dice. Sólo le ha faltado guiñarme un ojo. Uf, empezamos mal. Imagino que al decir cosas raras se refiere a escribir poesía. Lo último que necesito en mi vida es a una adolescente que escribe poesía. Lo que necesito es volver a tener vacaciones, más largas a poder ser.

A modo de respuesta, sonrío y me encojo de hombros. Antes, no hace tanto, cuando alguien mencionaba o simplemente insinuaba mi afición por la poesía, enrojecía ostensiblemente. Era como si de golpe me hubiese tragado un manojo de guindillas. Fingía haberme mordido la lengua y salía corriendo. Más de uno pensó que estaba loco. De haberme conocido por aquella época, este tipo no me ofrecería a su hija, o tal vez sí. Tal vez sólo quiera deshacerse de ella.

¿Qué dices?, insiste. ¿Quieres que te muestre una foto? Imagino que el muy cabrón, en su cartera, lleva fotos de su hija desnuda. Sería capaz. Me muerdo la lengua, pero ni enrojezco ni logro salir corriendo. La fatalidad me persigue. El tipo interpreta mi mutismo y parálisis como un sí, quiero ver la foto de tu hija. Extrae la cartera del bolsillo de su pantalón y me la muestra. Por suerte es una foto carné. Sólo se le ve la cara. No está mal. ¿Qué te parece?, pregunta. Sonrío. No está mal, digo. ¿Entonces?

La vida era más fácil cuando dominaba la técnica del mordisco.