domingo, 10 de octubre de 2010

Roturas


Este otoño todo son roturas. Las paredes tras las que te habías cobijado empiezan a agrietarse. Será por la mala calidad de los materiales empleados o puede que la culpa resida en tu lamentable estado interior. Para definirlo recurres a la imagen de un mueble de diseño abandonado en una nave industrial, algo que fue hermoso y útil y que ahora está roto y cubierto de polvo y telarañas. Todo empieza con una tontería. Conduces de noche por una carretera estrecha. El tráfico es denso y, además, llueve. Vas cantando cuando, de pronto, se funden los faros del coche. De milagro no te matas. Al llegar a casa, enciendes el ordenador para escribir y enviar un artículo para el Última Hora y te encuentras con que el ordenador no funciona. Por lo visto, tres troyanos han decidido instalarse en él. ¿Es que no podían quedarse en su mítica ciudad? ¡Si por lo menos pudieses teletrasportarte a Turquía para hacer turismo y olvidarte de ti por un tiempo! Para festejar que tienes nuevos inquilinos, decides cenar de una rebanada de pan tostado con anchoas, pero no lo consigues. El bote de cristal se te escurre de las manos. Las baldosas de la cocina se llenan de cristales, anchoas y aceite. Un drama en toda regla. Te entran ganas de llorar, pero decides posponerlo. Mejor en noviembre, piensas, cuando nada quede en pie. Te sientas en el suelo de la cocina a reflexionar. Tal vez no se trate de algo que sólo te pasa a ti. Tal vez el mundo entero haya empezado a desmoronarse. Decides llamar a una amiga para conocer el estado de su mundo y, ya de paso, preguntarle si le apetece tomarse una copa contigo. Evidentemente, tiene el móvil apagado o fuera de cobertura. Te vas a la cama sin cenar.

ULTIMA HORA, 10/10/10