martes, 6 de marzo de 2012

No nos conceden tregua

Probablemente sea martes por la mañana cuando leas este artículo. Estarás en la oficina, demorando unos minutos el momento de enfrenarte al ordenador o a los clientes, o tal vez en tu casa, entreteniendo los instantes previos a la ya habitual amargura de los anuncios clasificados, o en un bar no todo lo concurrido que el dueño querría, sorbiendo el café con leche que da inicio a tu jornada. Es posible que ahora mismo te preguntes qué pretendo con todo esto, o que pienses que tú podrías hacerlo mejor que yo. No lo dudo. Que tú seas el lector de este artículo y yo el que lo ha escrito es, en buena medida, cuestión de azar. Tal vez, en un futuro, las cosas se den de un modo diferente. Pero el futuro es oscuro, al menos así lo anuncian desde Bruselas. Efectivamente, cuando gires esta página, las malas noticias seguirán ahí; no nos conceden tregua. Te propongo una cosa. Olvidemos por un momento todo esto. Imagínate en la suite de un hotel de 5 estrellas o, si eres de gustos más sencillos o agrestes, en la habitación de una antigua possessió mallorquina con vistas a la Sierra y al mar. Estás junto a la persona deseada, aquella que perdiste o que nunca tuviste o, por qué no, aquella con la que compartes tus días o con la que esperas compartirlos. Es por la mañana. Luce el sol. Huele a pan y café recién hechos. Los pájaros cantan en el jardín. Tenéis varias semanas por delante. Pocas obligaciones y mucho dinero. Ninguna deuda y buena salud. ¿Te imaginas? Fin de la tregua. Que tengas un buen día.

ULTIMA HORA, 06/03/12