martes, 15 de mayo de 2012

Nacionalízame

Nacionalízame, méteme mano. No dejes que me quiebre, pactemos un justiprecio, lo que quieras, pero nacionalízame. Dejemos a los inversores externos de lado, diseñemos una amnesia resistente para enterrar en ella los activos tóxicos que fuimos acumulando, cegados por el brillo del amor a nuestra causa. Nacionalízame, olvida el pasado, esos pactos oscuros con los oscuros heraldos del norte. Uno se hace nacionalista, estrena bandera y grito, en el momento justo, ni antes ni después. Sé que no nos entienden, da igual, tú deja que nos crucifiquen, hagamos de nuestro amor un nuevo Gólgota, flagelación y llantos incluidos, pero nacionalízame. Dirán que se trata de una medida excepcional, de una nacionalización parcial o falsa, lo llamarán venganza, declaración de guerra, no sé cuántas cosas más. Nos exigirán aprobación por parte de la comunidad de vecinos, un plan de reestructuración, buena parte de la fe que creíamos extraviada. Meterán a la familia de por medio, pero no importa. Mi prima siempre fue una mujer confiable, buena gente, no te miento. Otra cosa es el Tier 1, pero, en fin, estoy dispuesto a emitir lo que sea, acciones preferentes, mis libros favoritos, todo con tal de que me nacionalices. No hablemos de programas, para qué, es bueno improvisar. Remodelemos consejos, vendamos humo, dejemos que las bolsas dicten sentencia. Confío ciegamente en nosotros. Es cierto que una inyección de capital no nos vendría nada mal, pero el amor lo puede todo y, si no, lo refinanciamos. ¿Qué problema hay? 

ULTIMA HORA, 15/05/12