domingo, 31 de enero de 2016

Yo, poeta ocasional

jueves, 21 de enero de 2016.- No hace mucho, Sofía Castañón, diputada de Podemos por Asturias, fue definida por el periódico El Mundo como “poeta ocasional”. Esto supuso en pequeño revuelo en el mundo de la poesía. Pronto, compañeros de “profesión” saltaron al ruedo para defenderla de tan ominosa calificación, transmitirle todo su apoyo y criticar al periódico. Algo perfectamente normal. No llegué a leer la noticia, pero entiendo que tal calificativo (“ocasional”) fue dicho de manera peyorativa. De todos modos, si el tema llamó mi atención fue por lo que puede haber de insultante o conveniente en la expresión “poeta ocasional”. Contrapongo al poeta ocasional el poeta a tiempo total, que no deja de serlo ni cuando duerme o caga. Este poeta, el total, se me antoja un tipo cargante, sabelotodo, iluminado… Recuerdo que una vez coincidí con un poeta que respondía a esta tipología de artista. Estuvimos charlando un rato. Se me ocurrió comentarle que me hallaba inmerso en la escritura de una novela. Él me miraba de manera condescendiente. Ante el silencio que se hizo tras mi confesión, le pregunté si él alguna vez había tratado de escribir una, a lo que me contestó, con una sonrisa altiva, que para qué bailar con una mediocre pudiendo hacerlo con la más bella. Me quedé callado, sorprendido por su falta de delicadeza. La zanja que nos separaba era insalvable. Supongo que no soy más que un poeta ocasional, posiblemente en retirada, de ahí que no me parezca insultante el calificativo. No obstante, no me gustaría que utilizaran esta expresión para ser atacado en el desempeño de mi trabajo (el que me da de comer).