Todo
empieza con la rotura del tendón de Aquiles del autor, hecho que pondrá en
marcha una serie de acontecimientos que cambiarán su vida. En este viaje
inesperado lo acompañarán un novelista fracasado que no termina de aceptar su
condición, un profesor universitario atraído por la violencia y el abismo, una
prostituta polaca que en ocasiones escucha una música secreta, un septuagenario
empeñado en escribir sus memorias y un obrero colombiano adicto a la cumbia y
las novelas de ciencia ficción.
¿Un
ejercicio de exhibicionismo? ¿De sinceridad sin red? ¿De autoconocimiento? Javier
Cánaves escarba en su interior y en el de sus personajes para tratar de dar
respuesta a esas preguntas que, por comodidad, tratamos de eludir. ¿Es posible
la sinceridad? ¿Quién soy? ¿Soy feliz? ¿Qué significa ser feliz? ¿A cuánto
somos capaces de renunciar en nombre de la estabilidad? ¿Qué le pedimos al
amor? ¿Y a la amistad? ¿Y al arte? ¿Qué significa ser escritor? ¿Es posible
salvarse? ¿De qué se supone que deberíamos salvarnos?
Una
novela que no es una novela o que son varias novelas que funcionan al modo de las
cajas chinas. De ella se puede decir que es cerebral e impulsiva, ensimismada y
valiente, tierna y cruda. Mi Berghof
particular es una pirueta en la que el acróbata se lo juega todo por unos
pocos aplausos. Pasen y lean.