Jimy Ruiz Vega reflexiona sobre Mi Berghof particular en su estupendo blog El Fescambre. Traigo
aquí algunos fragmentos:
Mi Berghof particular (Baile del sol, 2019) es
un ejercicio literario surgido desde la inmovilidad corporal, un libro movido
no tanto por el hombre racional que escribe un diario, sino por la misteriosa
intimidad del narrador que lo habita, por los fantasmas que se esconden en lo
profundo de su ser, el lugar propicio para desatar su escritura.
(…)
El objetivo de todo libro, tal como expone el
narrador de Mi Berghof particular, no es otro que
poner en marcha la escritura, sin tener que acotar el asunto a tratar. Lo que
le importa es mantener una continuidad, un hábito.
(…)
El lector a medida que avanza en su lectura por
las entradas del diario percibe cómo aflora una novela, que es la que se ha ido
apoderando de un texto de diario autobiográfico hasta convertirse, sin freno ni
límite, en otra cosa, en otra inventiva, en otro artefacto literario.
(…)
Esta es una obra ambiciosa en la
que también están presentes la pasión y el amor, el libro más arriesgado de su
autor, un making of de la creación literaria, un texto que
vaga por las entrañas de la escritura, por la vida y por el tiempo, mediante
una estructura de cajas chinas. Javier Cánaves muestra todos
los entresijos de su reinvención artística y de su vocación de escritor desde
el propio laberinto creativo, un lugar no exento de melancolía y doble vida.
Aquí tenéis la reseña completa: https://jimyruizvega.blogspot.com/2019/06/diario-novela.html